15 oct 2011

MAMÁ:PRIMERA Y ÚLTIMA INVOCACIÓN


MANANTIAL

En tu piel de musa
descansó mi errancia
sus pesares.

Origen del poema,
tu vientre,
hizo añicos lo incierto
fecundando el aire.

Asombrada
de guijarros rumorosos
de tu boca
subiò el canto
hasta la raìz
del alma mìa.

Bebì
de tus senos chocolate
la libertad que supo
descubrirme
hembra una mañana.

A manzana y luna
sabìan
tus pezones.
A mujer entera.
Sabìan a ternura.

Con dorado hilo
el terciopelo.
viò brillar
tu rastro
enaltecido.

Enmudeciò la noche
en lo profundo de tus ojos
Escandalizaste al sol,
fanal de luz,
resplandeciente
y tibio.

Oculta la pena
tras la cornisa de tu talle
nunca pudo
parirse tristeza…
Hasta tu marcha.

Fue entonces
cuando la madera
de tu esencia
reverdeciò
en las guedejas
de tu estampa.

Odas
se escribieron
incansables
repitièndote.

Còmplice amiga,
noble proceder,
almizcle y menta.
Pàjaro gràcil,
jazmìn y hiedra.

Roca antigua
de bravura indòmita
Morena mbarete*,
mi vieja.

Aparejo mis naves
en la embrocadura
de tu nombre.
Empalmo mis aguas
en tu rìo.
Oteo horizontes
en busca
de tu paso

y echo a navegar,
desde tus alas,
mi propio destino.

Gina Escobar
Oberá Misiones.Argentina

Primer premio 1° Concurso Literario Internacional de Poesía y Narrativa Campana 2008: “DIA DE LA MADRE”

*mbarete:.Del guaranì,fuerte, corajuda/o, brava/o.

9 oct 2011

¡HASTA LA VICTORIA SIEMPRE!


¡Hasta la victoria, siempre!
A Ernesto Che Guevara A los 50 años de la Revolución Cubana

La sangre inocente
alimenta la gula del poder
como una costra
en el costal de la epopeya.

El miedo acalla el trino
entre secretas hojas.
Los rostros son muecas
de expectación y espanto,
la suerte parece esquiva, a veces.

Los unos, ya no tienen retorno.
Él, mira desde la cavidad del recuerdo.
Los pètalos de unas manos,
otro murmullo de selva,
las risas,los cuidados, otras sierras.
Para su derrotero,
tampoco hay vueltas.
El aire mengua,
las fuerzas se atenúan.
Sus agallas le impelen
la razón más urgente.

Penetra la humedad
y la fiebre es traicionera.
Círculos de mosquitos
arremeten contra la impotencia.
Silencio y fango,
calor infecto.

Creció con la muerte
y ya no teme, sabe que es el camino,
juega a que es cierto.

La utopía inflama
los estrechos pulmones,
es taxativo mandato
la dignidad del pueblo.

La pasión, sus ojos,
su sonrisa, la estrella.

Ha abierto una página
en la historia
y su única palabra final
sòlo puede ser:
¡Victoria!

GINA ESCOBAR
OBERÁ/MISIONES/ARGENTINA