8 mar 2010



MUJERES

A todas y a ella ,“ la mujer”

Hay mujeres
que encallecen sus manos
forcejeando con la vida.

Hay mujeres
que florecen el regazo
para acunar en rosas a sus hijos.

Hay mujeres
que blindan el corazón ante la injuria
para preservar el néctar a los justos.

Hay mujeres
de viento y llamarada
iluminando el infinito con su alma.

Hay mujeres
embistiendo tenazmente a la injusticia
y relamen su propio dolor bajo la almohada.

Hay mujeres
de laurel y manzanilla,
hembras de puño en alto y atrevidas,

cuchillo la mirada, espalda erguida
bálsamo tibio o banderas aguerridas.

Hay mujeres
que por su hombre encienden
en el pecho, una estrella
en la voz, una metralla.

Hay mujeres
que inventan cielos
para enseñarnos a volar con nuestras alas.

Hay mujeres
que guardan la mirada
para el sufrimiento de los parias.

Hay mujeres
de ovarios, compañera
hay mujeres así por todas partes

en el monte
la llanura
en el estero
en las cocinas de las casas
en las sombras de las calles.

Hay mujeres
en el valle y la montaña,
mujeres que pelean
y que aguantan.
Mujeres de estirpe como robles
callan a veces…
pero no las callan.

Hay mujeres
tan mujeres, de tal magia
que aunque ligeras sandalias caminaron
profunda huella nos dejaron marcada.

Hay mujeres,
compañera , tantas,
que resumen la belleza y las agallas.
Mujeres
que de hembras son un arte.

Pero hay una,
sólo una, tan amada,
que de honda herida, del amor hizo un baluarte.

Una, solo una,
que con solo invocar su nombre,
nos hace inmortales a todas las otras.

Una,
cuya talla de mujer
la gloria y los honores amerita

erigió en el pueblo su memoria
pero quiso que la llamaran,
sola y simplemente,
Evita.

GINA ESCOBAR
Oberá.Misiones.Argentina



Un gran país
Vivo en un país tan grande que todo queda lejos
la educación,
la comida,
la vivienda.

Tan extenso es mi país
que la justicia no alcanza para todos.
Lina Zerón
Ciudad de México



Me dibuja un espejo.
Soledades rodean mis sueños,
desfiguran el camino proximo,
incierto destino...
Me dibujo...solitaria
entre el murmullo del mar
y esta noche intensamente obscura
donde la única luz que aparece
es intensamente dolorosa en los sentidos.
Me dibujo... me miro dibujada en un espejo
y solo una lágrima oculta
es testigo mudo de mi presencia.

Patricia Micheli
San Clemente del Tuyú.Argentina



Elementos

(de El Fuego)
Sembraban sus bombas
y el Arroz no podía
entrar a las bocas
y el hambre quemaba
Vietnam-Irak-Líbano-Palestina.
Mirna Guerrero Santa Fe, Argentina


Perdona mis audacias
que me cosen los huesos
y alimentan mi frente
mis locuras apátridas
que no saben de iguales
insegura cobarde
mordaz y temeraria
casi siempre culpable
inhabitable presa
de un mismo interrogante
perdóname los ojos
náufragos cautivos
esta boca de nodriza sin ancla
y este grito de Dios
que me infierna la lengua
con ángeles prestados
y me vuela la boca
de peces y de pájaros
perdona este dolor de antiguo
que descubro en tus ingles
desnudas sin horario
y esta piel sin memoria
suma de nimiedades
este espejo de sola
rostro de fugaces
que te mira hasta el alma.

Alba Estrella Gutiérrez
Buenos Aires, Argentina


Horas extras


El espejo salpica
una caricatura de cosméticos

se enfunda en dos talles menos
y clava los talones sobre un escalón de agujas

la silla en la que duerme le astilla los riñones
pero le tiene asco a las camas
a los faroles fisgones
a las ventanillas regateando
obscenidades
a esa luz que gira
gira como un faro
ciega como un faro
pero no es referencia
ni esperanza
gira
hace siglos que el trabajo no escasea
tampoco el asco

malditas horas extras
(su señoría es propenso a tropezar con el cajón del expediente)

traga una bocanada pastosa
rescata un chicle apretado en el bolsillo
y acomoda las entrañas entre las caderas

al final de cuentas
no sabe vivir de otro modo

y a esta hora
a quién le quedan ganas de cambiar el mundo.

Alicia Perrig
Villa Marìa, Argentina



Declaración De Amor
Haz el amor, no la guerra…
Pregunto si llevo corazón
cuando despierto el peligro entre sus muslos,
si me equivoca
cuando preparo la única trinchera
en su garganta.
Yo sé que la guerra es probable;
sobre todo hoy
porque ha nacido un geranio.
Por favor, no apuntéis al cielo
con vuestras armas:
se asustan los gorriones,
es primavera,
llueve,
y está el campo pensativo.
Por favor,
derretiréis la luna que da sobre los pobres.
No tengo miedo,
no soy cobarde,
haría todo por mi patria;
pero no habléis tanto de cohetes atómicos,
que sucede una cosa terrible:
lo he besado poco.
Carilda Oliver Labra Matanzas. Cuba

Juguemos a jugar que todas somos madres
por Marta Zabaleta ( Londres) *

Dedicado a la Memoria de mi amiga y ex-alumna de la Escuela de Economía de la Universidad de Concepción, Chile
Muriel Dockendorf, mirista a cargo de tropa, desaparecida en Chile en 1974, a los 24 años.

Nací persona. Como víbora que se atraganta con su cola
devine Melpómene, diosa como de todas las tragedias, 'como su madre' ,diría mi padre. Fui su hija única, mujer, “tal vez lesbiana”, dijo una vez mi madre.
.
‘Eres una mujer hermosa’.
Lo siento, Capitán - nos hemos conocido
un poco tarde.
Erguido, bigotudo, armado, pintoso, como mi padre.
Soy la Libertad, os lo repito, una bandera,
soy senos, fui marsellesa, como mi madre.
Y soy quimera, un hecho y mil palabras.
Aturdida, histérica, un ser cambiante, mujer, como mi madre.

Hundidos ya los dientes a patadas, soplando al viento los quijares
y bebida la sangre coagulada, rodeada de fieras amaestradas
con su orina, su semen, su ignorancia, sus mates, sus sables,
sus cigarros… sangro de nuevo, pero no delato.

La vagina que muerdes, perro-hombre que penetras
como un buitre, cabalgas como a tu madre y violas
como si fuera de tu hermana, asesinas, sin saber que tú eres
parte del pueblo, gendarme, camarada.

Un número y violada: duerme,
no llores,
no te mates,
mira volar las golondrinas
rojo y blanco,
y en el campo,
recuerda, eras el humor reverberante,
como en el lecho colina sin bastiones.
Tu juventud nos daba la esperanza.
No la llores, madre.
Ella es estrella.

Muriel: en el despeñadero mapuche pusiste tu fusil en alto,
llamarada, alumna, hija, tía, hermana, amiga, novia, esposa, compañera
amenazada entregada golpeada sucumbida, y encima, calumniada.
Muriel acribillada.

Regaron los servicios con tu sangre,
te entramparon, desnudaron, enlazaron,
penetraron,
cinco, diez, quince, veinte, cien veces muerta, asesinos
todos hombres, todos blancos,
vomitabas
y aun profanada, no delatabas, no llorabas;
nada nos cambiaba.

Gritaba el golpeador, el gran dios de los genuinos zánganos,
como aquel que fuera un colega sin sustancia,
a los cuerpos desnudos temblorosos de miedo,
el dueño feroz de esa luz incesante
con que trataban de enceguecer el alma.

No nos fusiles, no nos golpees, ya basta; no mates tu inocencia,
no dejes que alguien escupa a quien te mate; el amante te abraza,
los padres te suplican, el centinela tiembla, y cuenta: otra vez
hasta diez, y vuelas: eres otra vez una paloma rojinegra,
vestida de mil soles.

No la embarace, no la roce, no la hiera,
mejor mátela, Coronel, y la embaraza,
la roza, la hiere, es una niña, gime, se desangra,
y abomina, mientras la hiena se place.

Subiremos otra vez las escaleras
adonde el sol calienta,
la primavera va desnuda,
adonde crecen las acacias
y los volcanes rugen,
hablaremos de los partos,
juntas las manos todas
jugaremos a jugar
que todas somos Madres.

Porque nos hicieron mujeres
pero luchando, solas, volvimos a convertirnos
otra vez en personas.

Del libro-collage de pseudo memorias inédito
‘Dulce de Leche: memorias de Lucía Guerra(extraído del blog de Silvia Lousteau M. d P.)



Mis versos

Cuando mis versos
se me escapan,
y a mí nadie me piensa,
reaparece gris el cielo,
se arrincona más
mi pecho,
tengo miedo
que nadie venga
a abrirme la puerta,
que no haya el mate,
de cada tarde,
ni las tortitas negras,
en la mesa de madera,
ya sé, no es posible
volver atrás.

Voy aferrarme a mis versos
de muchacha desterrada
los llevaré
cautelosa
bajo el brazo.

Contra mis palabras,
no caerán los castigos,
no las buscará la policía,
van a sobrevivir
a la lluvia, y al tiempo,
ya no las va quemar el fuego.

Voy a entregarle mis versos
a todos mis amigos
los que se han escapado
de la jungla de cemento,
ellos a veces me llaman,
tienen miedo de perder
sus sueños,
y la ternura.
Mis amigos
no quieren perder
las canciones,
porque
entre los murciélagos,
ellos siguen siendo
los poetas del pueblo.

Martina Soto-Kohler
Poeta nacida en Entre Ríos, Argentina. Reside en Matran, Suiza


MADRES CORAJE


A ellas, las de blanco pañuelo

Cuando el pecho golpeó
en la garganta
y el día fue nada más
que pesadilla
Allí estaban
buscando el alba.

Cuando la alegría
abolida
destrozó el trino
arrebató la semilla
ignoró el futuro
Allí estaban
madurando el grito.

Cuando la ley fue miedo
y la palabra cómplice
paupérrima parodia
de vergüenza
y castigo
Allí estaban
descubriendo al sacrílego.

Cuando difusa
la memoria
en neón de marquesinas
se suicida en veneno
de olvidos inducidos

Ellas cantan

y los callos de sus almas
son amor florecido.

GINA ESCOBAR
Argentina

2 comentarios:

Analía Pascaner dijo...

Querida Gina:
Maravilloso tu homenaje para las mujeres, con sentidos y profundos poemas de excelentes escritoras.
Felicitaciones.
Un saludo cordial
Analía

GINA ESCOBAR dijo...

Gracias,Analía,por pasar y por tus comentarios.